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Brasilia, 19 dic (EFE).- El 52 % de los brasileños carecen de acceso a sistemas de recolección de aguas negras a través del alcantarillado, según informó hoy la responsable de un informe de la ONU sobre la materia en el país suramericano, Catarina de Albuquerque.

Albuquerque se expresó así durante una rueda de prensa en la que expuso sus conclusiones tras diez días de trabajo e investigación en diferentes localidades del país, donde encontró diversas deficiencias, sobre todo en las favelas y zonas rurales.

De acuerdo a la investigación de la ONU, tan solo el 38 % de las aguas fecales que son recogidas en Brasil reciben el tratamiento adecuado.

La investigadora de la ONU se mostró satisfecha con los progresos realizados por Brasil en los últimos años, así como por los “compromisos económicos alcanzados por el gobierno federal” en esta materia.

Asimismo, instó al Gobierno federal, a los estados y a los municipios a dar prioridad a “los más pobres y marginados” para asegurar la eliminación progresiva de “las desigualdades” con el fin de que todos “tengan acceso a agua y saneamiento”.

“Nadie debe ser dejado de lado”, aseveró tras recordar que el acceso a agua y su saneamiento es un derecho humano.

En este sentido, Albuquerque subrayó que “Brasil es un país de contrastes” y solicitó un esfuerzo mayor para aquellas personas que viven en un las zonas económicamente más deprimidas como “favelas y zonas rurales” en las que el acceso a este derecho es mucho menor.

La enviada de la ONU pidió que no se olviden de estos colectivos y, a pesar de reconocer los esfuerzos y progresos hechos en ese ámbito, aseguró que hay millones de brasileños que “viven en situaciones deplorables” en las que el acceso al saneamiento “es solo un sueño lejano”.

Según aseguró, durante sus diez días de trabajo se encontró con habitantes de esas comunidades que afirmaban “sentirse invisibles y olvidados por los poderes públicos”, una situación que, en su opinión, se debe revertir.

En referencia a la importancia del impulso del alcantarillado, Albuquerque aseguró que la carencia de saneamiento lleva a “muchos brasileños a vivir con sus propios deshechos en la puerta de casa”.

“El hecho de que Brasil tenga a ocho millones de personas que defecan diariamente al aire libre es inaceptable y supone una afrenta a la dignidad humana”, aseguró.

Por todo ello dijo terminar su labor en Brasil con un sentimiento “dulce” por los progresos realizados en este campo y “el esfuerzo del gobierno en apoyar a los más vulnerables” pero “amargo” por “las voces y caras de los brasileños” que tuvo la oportunidad de conocer y aún requieren de muchos servicios.

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