Nueva York, 18 abr (EFEUSA).- El coreógrafo español Gustavo Ramírez Sansano cumplió esta semana su sueño de debutar en la Gran Manzana con el estreno mundial de su última obra, “El Beso”, de la mano de la compañía Ballet Hispánico de Nueva York.
“El beso forma parte de nuestra cultura, los damos al llegar a los sitios, al despedirnos, y hasta en los funerales, una muestra de cariño, que es lo que he querido mostrar en la pieza”, dijo a Efe el coreógrafo después del estreno de la obra en el teatro Joyce.
Con música de Zarzuela, en homenaje a sus años de infancia en la España de los años ochenta, y vestuario del diseñador venezolano Ángel Sánchez, la obra se construye a partir de viñetas conectadas por besos, “desde el de la amistad hasta el más pasional”.
“El Beso” forma parte de una nueva edición del programa de Ballet Hispánico en el Joyce, que en esta ocasión comparte escenario con “Umbral”, del mexicano Edgar Zendejas, inspirado en el Día de los Muertos, y “Sombrerísimo”, de la colombiana Annabelle López Ochoa.
“El público se va a encontrar con mi lado más hispano”, aseguró a Efe el coreógrafo, uno de los referentes de la danza contemporánea española en el mundo, que nació hace 35 años en Alicante, donde se formó como bailarín en la Escuela de Danza Joseta García.
Ramírez Sansano, que estrena por primera vez una coreografía nueva en la Gran Manzana, se deshace en elogios hacia Nueva York, una ciudad “fantástica” que le aporta mucho y que “en algún modo aparece impregnada” en la pieza.
Con “El Beso” no busca hacer ningún análisis profundo sobre el mundo de los ósculos, en el que en todo caso aseguró que deben tener cabida todo tipo de besos, “incluidos los de judas”, aunque para esos sugiere que habría que hacer otra pieza.
Ramírez Sansano reconoció que no tiene muchos planes de trabajo en España, pero el coreógrafo alicantino se siente “afortunado” porque su agenda para los próximos dos años está “casi completa” y ya empieza a gestionar nuevos proyectos para 2017.
Después de su debut de esta semana en Nueva York, Ramírez Sansano ya se encuentra en Vancouver para presentar una nueva escenografía, aunque regresará en noviembre a la Gran Manzana para representar “Carmen”, otra vez con el Ballet Hispánico.
Y con la compañía que fundó en 2006 junto a Verónica García, Proyecto Titoyaya, también tiene en el horizonte estrenar en agosto en Valencia una adaptación en danza contemporánea del texto de Franz Kafka, “La Metamorfosis”, y una “Cenicienta” en Curitiba (Brasil).
Para el coreógrafo, es importante que haya una apuesta por los valores latinos en la danza contemporánea en Nueva York, de ahí que sea “destacable” el trabajo que hace el Ballet Hispánico, aunque no le gusta que las compañías se dirijan a un público determinado.
“Yo estoy a favor de la superdiversidad, no crear pensando en un público determinado, pero dentro de los guetos danzísticos -el jazz, los musicales o el flamenco- tiene que haber una representación que se enfoque al arte que hacen los latinos”, destacó Ramírez Sansano.
El coreógrafo se despide de Nueva York pero ya con la mente puesta en “Carmen”, su siguiente proyecto con el Ballet Hispánico, que en los próximos días volverá a llevar al espectador la magia de la danza contemporánea en clave latina.
El programa tendrá su segunda parte del 21 al 27 de abril, en la que su director artístico, Eduardo Vilaró, propone meditar sobre la identidad del migrante y lo que significa en la palabra “Hogar”, junto a “Mad’moiselle”, de la colombiana Lopez Ochoa.