Washington, 7 oct.- El presidente, Barack Obama, conmutó las penas a 102 presos condenados por delitos menores relacionados con las drogas, con lo que ha perdonado a un total de 774 reclusos durante sus dos mandatos, informó la Casa Blanca.
Desde 2009, el mandatario estadounidense ha conmutado más penas que sus antecesores en los últimos 66 años, aseguró en un comunicado Sally Quillian Yates, la “número dos” del Departamento de Justicia.
De hecho, el antecesor de Obama, el republicano George W. Bush, conmutó únicamente 11 penas durante sus dos mandatos, superado por las solo 3 de su padre George H. Bush en su único mandato, frente a las 61 de Bill Clinton, las 60 de Richard Nixon, las 22 de Gerald Ford, las 29 de Jimmy Carter y las 13 de Ronald Reagan.
La liberación de presos se engloba dentro de la reforma de la justicia penal que ha tratado de impulsar Obama con el objetivo de acabar con el hacinamiento en las cárceles de Estados Unidos, donde viven 2,2 millones de personas y que cuestan cada año 80.000 millones de dólares a las arcas del Estado.
Los internos que saldrán de prisión fueron condenados por delitos de posesión o distribución de sustancias ilegales como la cocaína o la marihuana, en algunos casos con el agravante de poseer un arma de fuego, pero en ningún caso por la comisión de un crimen violento.
Sus sentencias provienen de las políticas de “mano dura” que se aplicaron durante la llamada “guerra contra las drogas”, que desde la década de 1980 aumentó la dureza de las sentencias por producción, posesión o distribución de drogas ilegales con el objetivo de acabar con la violencia asociada al narcotráfico.
Entre los presos beneficiados figuran al menos nueve presos hispanos, como Leticia García, de Weslaco (Texas), condenada por una corte del estado de Illinois a 20 años de cárcel por el delito de posesión de heroína con intención de venderla.
“El Departamento de Justicia ha hecho un gran progreso bajo el mandato de Obama en revisar las solicitudes para corregir las sentencias por drogas indebidamente duras y anticuadas”, aseguró Quillian Yates, que anunció más conmutaciones de penas para los próximos meses, antes de que Obama deje el poder en enero.
La inmediatez de las elecciones presidenciales y legislativas, previstas para el 8 de noviembre, ha hecho que la reforma del sistema penal pase a un segundo plano y que el Congreso abandone prácticamente las propuestas de ley que estaban impulsando algunos legisladores.
Mientras, la Casa Blanca ha acelerado las conmutaciones en este último año de Obama en el poder, especialmente desde la dimisión en enero de la funcionaria del Departamento de Justicia encargada de los perdones, Deborah Leff, quien denunció falta de recursos para revisar el ingente número de casos, incluidos aquellos que van por la vía tradicional.