Washington, 15 feb (EFEUSA).- Los trabajadores de una planta de Volkswagen en Chattanooga (Tennessee) rechazaron por la mínima afiliarse al sindicato United Automobile Workers, que estuvo a punto de lograr ayer algo que no ha conseguido en una empresa automovilística extranjera en casi tres décadas.
Esta estrecha votación (712 en contra, 626 a favor, con un 89% de participación), que se daba en principio por ganada para el sindicato, despierta dudas sobre si será posible que el presidente de UAW pueda ver cumplido su objetivo de dejar como legado la afiliación de al menos una compañía de automóviles extranjera antes de su jubilación en junio.
La decisión es una nueva victoria para los sectores conservadores de Estados Unidos, que mantienen el sur como un territorio donde los sindicatos apenas tienen presencia ni influencia en un país donde sólo el 11,3 por ciento de los 14,5 millones de trabajadores tiene afiliación sindical.
Esta parecía ser la ocasión de UAW, con 390.000 afiliados en su mayoría en estados del norte, ya que contaba con el apoyo de la empresa.
Los gerentes de Volkswagen en EE.UU. habían dicho que verían con buenos ojos el establecimiento de un “consejo laboral” al estilo alemán, pero bajo la ley estadounidense no pueden constituirse sin que antes los trabajadores aprueben tener representación sindical.
“Los trabajadores han hablado y nosotros respetaremos la decisión de la mayoría”, dijo Frank Fischer, responsable de la empresa en la planta de Chattanooga, según un comunicado de Volskwagen emitido inmediatamente después de la votación.
“Esto es tremendamente importante para el movimiento sindical como un todo”, había dicho antes de la votación Damon Silvers, director de política en la central sindical estadounidense AFL-CIO.
Dirigentes del Partido Republicano y grupos conservadores han hecho una intensa campaña contra la organización sindical, y el gobernador Bill Haslam, republicano, ha expresado en varias ocasiones su preocupación porque el éxito sindical acabe con la reputación de Tennessee como un estado con mano de obra de bajo coste.
El senador republicano Bob Corker, quien cuando era alcalde de Chattanooga cortejó a Volkswagen para que instalara allí su planta, dijo que, para los sindicalistas, “esto es, básicamente, un asunto de dinero”.
“Creen que si logran meterse en una compañía en el sur lograrán avances en otros sitios. No cabe duda que si UAW se organiza allí eso tendrá un impacto sobre la capacidad de nuestra comunidad para atraer negocios”, dijo, antes de conocer el resultado de la votación.
Volkswagen estudia si fabricará uno de sus modelos de vehículo utilitario en la planta de Chattanooga o en una de sus plantas en México. Están en juego la creación de unos 2.000 puestos de trabajo.
