Ohio ejecuta a un preso con una inyección letal nunca antes usada

Ohio ejecuta a un preso con una inyección letal nunca antes usada

En 2011, la empresa que proporcionaba el pentotal sódico (que entonces era utilizado por todos los estados donde la pena capital era legal), la estadounidense Hospira Inc., detuvo la producción de este fármaco. EFE/Archivo

Washington, 16 ene (EFE).- El estado de Ohio ejecutó hoy al preso Dennis McGuire, condenado en 1994 por asesinar a puñaladas a una joven de 22 años en 1989, con una inyección letal que combina dos fármacos y que no tiene precedentes.

Al igual que la mayoría de los 32 estados que aplican la pena capital en Estados Unidos, Ohio ha agotado sus inyecciones letales con pentobarbital, de modo que desde septiembre, cuando utilizó la última, se ha visto obligado a experimentar con nuevas mezclas para practicar este castigo.

Así, a McGuire, de 53 años, ejecutado esta mañana en el Centro Correccional de Ohio del Sur en Lucasville, se le aplicó por primera vez una fórmula con dos medicamentos, compuesta por midazolam (un sedante) e hidromorfona (un analgésico utilizado para detener la respiración del preso).

Esta mezcla se utilizaba hasta ahora como apoyo a la inyección letal convencional en algunos estados.

Los abogados de McGuire trataron de impedir la ejecución hasta el último momento, alegando que la muerte de su cliente sería anticonstitucional, porque iría acompañada de dolor, algo en lo que el gobierno estatal no coincidía.

Según los abogados, esta inyección provocaría complicaciones respiratorias a McGuire, quien sufría apnea del sueño, antes de morir y, aún consciente, notaría cómo se ahogaba.

No obstante, un juez federal determinó el pasado lunes que su argumentación no estaba probada y también el gobernador de Ohio, John Kasich, rechazó la petición de clemencia.

Durante años, en Estados Unidos se utilizó una combinación estándar de tres medicamentos para la inyección letal: un anestésico o barbitúrico (habitualmente pentotal sódico o pentorbital en su defecto), un agente paralizante (bromuro de pancuronio) y otro para parar el corazón (cloruro de potasio).

Pero en los últimos años se ha complicado el acceso a los ingredientes clave de la inyección, los barbitúricos.

En 2011, la empresa que proporcionaba el pentotal sódico (que entonces era utilizado por todos los estados donde la pena capital era legal), la estadounidense Hospira Inc., detuvo la producción de este fármaco.

Las cárceles miraron entonces a Europa como alternativa para conseguir barbitúricos, pero las farmacéuticas europeas, principalmente el laboratorio danés Lundbeck LLC, que fabrica el pentobarbital, también se negaron pronto a venderlos para la pena capital, ya que la Unión Europea se opone a este castigo.

Por este motivo, en las tres ejecuciones que se han llevado a cabo en lo que va de año en Estados Unidos se han utilizado diferentes mezclas de fármacos en las inyecciones letales.

El 7 de enero, se le administró a Askari Muhammad una inyección letal con tres medicamentos, que incluía hidrocloruro de midazolam como sedante, y el 10 de enero, una inyección con pentobarbital puso fin a la vida de Michael Wilson en Oklahoma.

Una vez agotadas las existencias de inyecciones letales convencionales, Ohio, un estado que tiene actualmente 139 personas en el corredor de la muerte, modificó su normativa sobre ejecuciones para permitir el uso de midazolam y hidromorfona.


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