Los ‘lobos solitarios’, al acecho

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Vista general del Parlamento canadiense, en Ottawa (Canadá). EFE/Archivo

Abogado y analista político. Colaborador de Libertad Digital y Es Global

Utilizar a lobos solitarios tiene una gran ventaja estratégica para las redes yihadistas en Occidente. Siendo los lobos solitarios nacionales de países occidentales, no necesitan enviar células a éstos, con las dificultades que ello implica, y la vinculación entre unos y otras resulta difícil de establecer. Los lobos solitarios son más difíciles de monitorear y vigilar, y por tanto son más impredecibles

Tras los últimos ataques terroristas en Canadá, el de Michael Zehaf-Bibeau en el Parlamento de Ottawa y el de Martin Couture-Rouleau contra dos soldados en Quebec, conviene hacer un recorrido por la estrategia yihadista del lobo solitario, que cobraron especial relevancia tras el intento de Richard Reid, el terrorista del zapato, de hacer estallar un avión de American Airlines mientras cubría la ruta París-Miami en diciembre de 2001, y del asesinato del cineasta holandés Theo Van Gogh en Ámsterdam en 2005, perpetrado por Mohamed Bouyeri.

En 2008, en el Reino Unido, se supo de dos intentos de atentado a cargo de dos jóvenes mentalmente inestables instigados por movimientos yihadistas. Andrew Ibrahim preparaba un ataque con explosivos contra un centro comercial de Bristol; obtuvo inspiración del famoso imán del garfio, Abu Hamza al Masri. En cuanto a Ibrahim Nicky Reilly, que padecía el síndrome de Asperger, trató de volar una cafetería en Exeter tras ser captado on line por militantes paquistaníes.

En octubre de 2009 un terrorista libio hizo explosionar un artefacto fabricado a base de nitrato en la entrada de un cuartel del ejército italiano en Milán, hiriendo a un guardia y a sí mismo. En el mismo mes, el estudiante nigeriano Umar Faruk Abdulmutalab intentó hacer estallar el vuelo 253 de Northwest Airlines de Ámsterdam a Detroit con unos explosivos que llevaba ocultos en la ropa interior. Faruk fue asesorado por Al Qaeda de la Península Arábiga.

En enero de 2011 el joven kosovar Aridas Uka disparó y mató a dos soldados estadounidenses –Nicolás Jerome Alden, de 25 años, y Zachary Cuddeback Ryan, de 21– en el aeropuerto de Frankfurt. No consta que tuviera vínculos yihadistas.

En marzo de 2012, en Francia, el lobo solitario de nacionalidad francesa y origen argelinoMohamed Merah perpetró una serie de atentados hasta que, el día 22, finalmente fue abatido por las fuerzas de seguridad. El día 11 asesinó a tiros en Toulouse a un paracaidista; el 15 mató a dos soldados uniformados e hirió gravemente a otro en un centro comercial en Montauban; el 19 de marzo acabó con la vida de tres niños y un adulto en la escuela judía Ozar HaTorá. Merah fue entrenado en Pakistán y Afganistán.

El pasado 25 de mayo, Mehdi Nemmouche, al igual que Merah de nacionalidad francesa y origen argelino, abrió fuego en el Museo Judío de Bélgica, en Bruselas, y asesinó a cuatro personas. Al parecer, previamente había estado un año luchando en Siria.

El atentado contra la maratón de Boston fue obra de dos 'lobos solitarios'.

Es importante lograr un equilibrio entre reconocer los peligros de la amenaza del lobo solitario, por un lado, y, por otro, tratar de entender la relación entre éste y sus redes sociales, físicas y virtuales.

En Europa, las redes islamistas han sido perseguidas especialmente después de los atentados de Madrid (11-M) y Londres (7-J), pero parece que la amenaza ha mutado en ataques de lobos solitariosDe acuerdo con el analista de Stratfor Scott Stewart, esto no es sólo una mala noticia para los europeos. Los ataques a la maratón de Boston (15-IV-2013) y, recientemente, al Parlamento canadiense, o la decapitación de una compañera de trabajo por parte de el estadounidense Alton Nolan en septiembre son ejemplos de ello.

Utilizar a lobos solitarios tiene una gran ventaja estratégica para las redes yihadistas en Occidente. Siendo los lobos solitarios nacionales de países occidentales, no necesitan enviar células a éstos, con las dificultades que ello implica, y la vinculación entre unos y otras resulta difícil de establecer. Los lobos solitarios son más difíciles de monitorear y vigilar, y por tanto son más impredecibles. J. M. Berger, especialista en actividades extremistas en Occidente y autor del libro ISIS: el Estado del Terror, dice que el Estado Islámico apuesta más que Al Qaeda por este tipo de ataques, y que seguirá instigándolos. Un portavoz del EI, Abu Mohamed Adnani, declaró en un discurso el pasado septiembre:

Si puedes matar a un infiel americano o europeo –sobre todo de los hostiles, sucios franceses–, o a un australiano, a un canadiense o a cualquier otro enemigo infiel [procedente] de los países que se han unido en contra de Estado Islámico, pon tu confianza en Alá y mátalo (…) No lo consultes con nadie ni busques una fetua de nadie. Da igual que sea combatiente o civil.

Si no puedes [detonar] una bomba o [disparar] una bala, prepara un encuentro con un infiel americano o francés y destroza su cráneo con una piedra, asesínalo con un cuchillo, atropéllalo, arrójalo por un precipicio, estrangúlalo o inyéctale veneno.

Los lobos solitarios están ahí, aunque no los veamos, y representan una amenaza a la seguridad de los países occidentales.

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Este artículo fue publicado en español por revista El Medio el 31 de octubre de 2014. Reproducido en USA Hispanic con autorización de dicha fuente.

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