Berlín, 3 dic.- La canciller alemana, Angela Merkel, apoyó hoy la reunión que van a celebrar mañana los presidentes de los mayores fabricantes de vehículos de su país con representantes de la Casa Blanca y subrayó que en ella no se abordarán cuestiones comerciales.
Preguntada al respecto en una rueda de prensa, Merkel destacó que en esta cita “no se trata de cuestiones comerciales”, ya que ese asunto lo lleva y acuerda la Comisión Europea (CE), que tiene la competencia en ese área y están siendo “muy activos” al respecto.
El encuentro, no obstante, tiene lugar después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, haya rescatado la idea de imponer aranceles del 25 % a los vehículos procedentes de la Unión Europea (UE), algo que afectaría de forma especial a los fabricantes alemanes.
Merkel argumentó que los principales actores de la industria alemana del motor son “grandes empleadores” en Estados Unidos y que hay “razones” para que hablen con la administración en Washington sobre “inversiones”.
La canciller anunció además en esta comparecencia una inyección de 500 millones de euros extra para al programa inmediato para reducir la contaminación atmosférica en las ciudades alemanas que no cumplen con los límites europeos de calidad del aire, dotado ya con 1.000 millones.
El programa, que arrancó en 2017 y se prolongará hasta 2020, se centra principalmente en la reducción de emisiones del transporte para evitar nuevas prohibiciones de circulación para vehículos diésel en ciudades alemanas.
Además, el Gobierno federal pondrá 432 millones de euros a disposición de los municipios para fomentar la revisión técnica de camiones ligeros con el objetivo de reducir sus emisiones contaminantes.
El programa inmediato, que se lanzó hace un año, incluye medidas para electrificar el transporte público, digitalizar la gestión del tráfico y adaptar los motores de los autobuses públicos diésel.
El colectivo ecologista Ayuda Medioambiental Alemana (DUH) logró este febrero que el Tribunal Superior de lo Contencioso-Administrativo considerase legal que las ciudades prohiban la circulación de vehículos diésel, sin necesidad de una ley nacional, para garantizar la limpieza del aire.
Tras eso el grupo ecologista interpuso una serie de querellas en distintas ciudades que han conllevado una serie de sentencias a su favor y logrado prohibiciones en ciertas zonas de Hamburgo, Berlín, Fráncfort, Bonn y Colonia, así como en un tramo de autopista que cruza Gelsenkirchen.