por José Ignacio Rodríguez
En todos los foros donde se debate acerca de Israel siempre sale a relucir la palabra moderación. Lo sorprendente es que la mencionada moderación solo se le pide a Israel ¿Se han dado cuenta? Los conceptos moderación, moderados y moldeadores, que pudieran ser considerados como positivos; cuando se refieren a Israel son empleados como una forma sórdida de presión.
La moderación se entiende como “cordura, sensatez, templanza en las palabras o acciones” según lo define el diccionario. Muy bien hablemos de cordura, sensatez y templanza, pero ¿A quién se le exige estas tres joyas de la buena comunicación? La buena comunicación depende del emisor, del receptor y de cuantos moderan o moldean las opiniones que están en juego.
La moderación debería ser la insignia de los moderadores, pero más que poner claridad de ideas lo que suelen crean son tormentas perfectas de oscuridad y confusión. Cuanto más confuso es un cierto mensaje más manipulables son los receptores del mensaje. La mayoría de los mensajes relacionados con Israel suelen carecer de claridad en sus planteamientos. Unos mensajes confusos para gentes confusas que gustan manipular y ser manipulados. La necesidad social de estos momentos no es tener más moldeadores de opiniones ajenas, sino de moderadores justos con actitudes moderadas y firmes. Los buenos moderadores son árbitros de la razón y la justicia, que no pretenden manipular los resultados del partido de la vida.
Los moldeadores solo tratan de moldear los pensamientos de los demás, en especial cuando se refieren a Israel. No pretenden moderar sino exclusivamente manipular la opinión pública, en favor de sus tesis y opiniones. No pretenden moderar sino usar la moderación como una herramienta para doblegar los pensamientos positivos acerca de Israel ¿Por qué todos los intentos de moderación van en contra de Israel? Todo intento de moderación, por lo general, se posiciona a favor de uno de los lados. Los que han tratado de “moderar” entre Israel y sus enemigos han acabado convertidos también, en enemigos de Israel. No es que no lo fueran antes, sino que no lo parecían o lo disimulaban, pero al final todo sale a la luz.
La pretendida moderación es un elemento disuasorio que trata de que Israel sea moldeable hasta el punto de dejarse aniquilar. La gran estadista Golda Meir ya dijo que “podría entender que los árabes quieran borrarnos del mapa, pero ¿es que realmente pretenden que cooperemos con ellos en eso? Más de un “moderador” intenta, por todos los medios y a base de resoluciones ONU, que Israel se haga el “harakiri” en favor de un moderno estilo de vida progresista, transversal y supuestamente democrático ¿Pretenden los moderadores que Israel coopere en su propia destrucción? Si, es más que evidente.
Una pretensión que está siendo llevada al extremo cuando se exige a Israel moderación en la respuesta a los ataques a sus enemigos ¿Por qué no se les pide moderación a los que acuchillan ancianos, niños o mujeres embarazadas? ¿Por qué no se pide moderación a los terroristas que son capaces de lanzar más de cuatrocientos cohetes contra la población civil de Israel? ¿Por qué no se pide moderación a los que incendian cosechas, queman neumáticos o construyen túneles para asesinar a los residentes de las zonas fronterizas con Gaza? Por citar un ejemplo que todos conocen.
La moderación que pretenden imponer por la fuerza los moderadores ONU, Europa, los progresistas y los medios de comunicación tienen por objetivo que Israel llegue a ser una especie de estado fallido, manipulable y carente de fuerza para defenderse de sus enemigos. Un moderno Israel al cual sus enemigos pretenden modelar a golpes de resoluciones, boicots, difamaciones, persecuciones de todo tipo, ataques terroristas y bombardeos contra la población civil israelí. Si vas a moderar a alguien empieza por los enemigos de Israel y ya verás cómo todo cambia para bien.
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