Washington, 15 nov.- Venezuela afronta una crisis sanitaria “devastadora” por el colapso de su sistema público de salud, aseguró hoy la organización Human Rights Watch (HRW) en un informe en el que criticó la reacción del Gobierno del presidente Nicolás Maduro al negar la situación y no afrontarla “urgentemente”.
“La combinación de un fallido sistema de salud y la escasez generalizada de alimentos han provocado una catástrofe humanitaria que solo irá a peor si no se aborda con urgencia”, sostuvo en el documento la experta Shannon Doocy, profesora asociada de la Escuela de Salud Pública Bloomberg en la Universidad de Johns Hopkins.
Varios investigadores de HRW, junto a especialistas del Centro de Salud Humanitaria de dicha universidad, viajaron a las fronteras de Venezuela con Colombia y Brasil para evaluar el alcance de la crisis y conocer el testimonio de las personas que están huyendo del país.
Los datos existentes señalan un repunte del sarampión, la difteria, la malaria y la tuberculosis, dijo la ONG.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los casos de malaria han pasado de 36.000 en 2009 a más de 406.000 en 2017; mientras que los diagnósticos de tuberculosis se han incrementado de 6.000 en 2014 a 7.800 en 2016, cuando la tasa de incidencia fue de 32,4 por cada 100.000 personas, la más alta en el país en 40 años.
La falta de provisiones de medicamentos y vacunas ha afectado tratamientos como el del VIH, ya que el 87 % de las más de 79.000 personas registradas por ser portadoras del virus no están recibiendo medicación antirretroviral.
La escasez en vacunas también ha ocasionado el regreso de dos enfermedades que se consideraban extinguidas: la difteria y el sarampión, de las que no se conocían registros recientes hasta 2015.
HRW menciona los altos niveles de malnutrición como el principal factor que ha originado el agravamiento de la mayoría de enfermedades.
En sus denuncias, HRW recordó los intentos del Gobierno de Venezuela por ocultar la crisis sanitaria.
Puso como ejemplo la cancelación “de forma abrupta” en 2015 por parte del Ministerio de Salud venezolano de la publicación de actualizaciones semanales sobre indicadores de sanidad y el cese del titular de esta cartera en 2017 cuando publicó un “pequeño resumen” con carácter anual.