Los latinos constituyen el grupo minoritario más grande en los Estados Unidos, pero su participación en las elecciones, especialmente en los parciales, negaría esa posición. Al llegar a los últimos exámenes parciales en 2014, la población de votantes hispanos había crecido un 18 por ciento desde los cuatro años anteriores. Pero el número total de votantes hispanos que votaron aumentó un 3 por ciento ese año, con el 27 por ciento de los votantes hispanos elegibles que acuden a las urnas, muy por debajo de las tasas de participación respectivas de los votantes blancos y negros del 41 y 46 por ciento.
¿Qué se puede hacer para cambiar el escenario? Un paso implica no tratar a los votantes como un bloque unificado. Los observadores electorales se están dando cuenta de que los derechos de inmigración son solo uno de los pocos problemas que los votantes latinos están enfocados, junto con los empleos, salarios, la atención médica y la educación. Además, las campañas podrían mejorar su alcance para alentar a los latinos, más de la mitad de los cuales dicen que todavía no han sido contactados por una campaña en esta temporada electoral, para que acudan a las urnas el 6 de noviembre.
Presentar más candidatos latinos y trabajar para llegar a la representación paritaria en el Congreso es otra estrategia importante para asegurar que la participación de los votantes coincida con la población en general. Los candidatos demócratas han estado recogiendo más votantes latinos indecisos en las últimas nueve semanas que los republicanos.
Los hispanos están más interesados en votar este año que en las últimas elecciones parciales del Congreso de los EE.UU. en 2014 y su entusiasmo supera al de todos los adultos del país. Los grupos de registro de votantes están utilizando la retórica nacionalista y antiinmigrante del presidente republicano Donald Trump como una oportunidad para aumentar el entusiasmo latino. La mayoría de los sondeos de opinión y candidatos políticos esperan que los demócratas ganen los 23 escaños que necesitan para asumir el control de la Cámara.
Los republicanos son favorecidos para mantener el control del Senado. Los latinos podrían jugar un papel crucial en varias carreras, desde las batallas del Senado en Arizona y Texas hasta las carreras cercanas al Senado y gobernador de la Florida. En California, la floreciente población latina ha ayudado a poner en juego a algunos distritos de la Cámara controlados por los republicanos que los demócratas esperan cambiar.
