Thais Hernández
Cuando la campaña de Luis Herrera, se hizo famosa la pregunta, obviamente contratada a un experto comunicacional dónde están los reales Sin embargo, cualquiera de los gobiernos de cuando hubo democracia en Venezuela queda extremadamente tibio o frío ante el despilfarro más absoluto, ante la corrupción más indolente y ante la ineficacia más visible, palpable, del Socialismo siglo XXI. Lo único que construye el régimen son alharacas. De mal gusto. De mal modo. Del resto dónde están las obras de importancia, de permanencia para el ahora; para el después.
Hasta Juan Vicente Gómez, corrupto hasta el cogote, dictador también cruel, también sanguinario, explotaba inhumanamente a sus presos, en trabajos forzados, para construir en beneficio de la colectividad. Allí está, increíblemente útil todavía, la carretera a La Guaira, emblemática de su gestión de casi treinta años, como emblemático era, cuando tenía animalitos gordos y refulgentes, el zoológico de Las Delicias, por mencionar algo que legó a todos. Pérez Jiménez, por su mala parte.
Hizo de la construcción de obras públicas una de las marcas fundamentales de su paso gubernativo. La otra fue el terror. Sería largo enumerar la cantidad de aportes públicos, especialmente en Caracas, de la dictadura de los años cincuenta del siglo veinte, dictadura de concreto con obras sólidas que transmiten, visual y simbólicamente, la pesadez e inamovilidad del gobierno militar, además de su indudable belleza arquitectónica tanto en lo netamente visual, funcional, como en la majestad de sus materiales indestructibles, acorazados.
Centro Simón Bolívar, Ciudad Universitaria de Caracas, Autopista Caracas- La Guaira, paseo Los Próceres, Centro Vacacional Los Caracas, Círculo Militar, Hotel Humboldt y El Helicoide, asiento ahora, para la recordación de las torturas infringidas y dirigidas por su secuaz en el terror, Pedro Estrada, a quien ahora quiere emular o superar el guaricho Diosdado Cabello, sin hablar francés. La democracia construyó mucho más, en todo el país y con mayor utilidad pública, no obras aplastantes ni ornamentales, sino funcionales a largo plazo.
Con proyecto de país hacia un desarrollo que de momento luce inalcanzable, justamente por este retroceso de no menos de 18 años. Guri es un portento, el puente sobre el lago de Maracaibo, diversas autopistas y carreteras fundamentales en todas las regiones, el Metro de Caracas, universidades, liceos, escuelas, urbanizaciones, embalses y monumentos del conocimiento Monte Ávila Editores, Editorial Ayacucho, Becas Gran Mariscal de Ayacucho, dan cuenta de un maravilloso plan ejecutado.
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