Asunción, 5 nov.- Conocer la situación del sistema carcelario paraguayo para mejorar las condiciones de vida de las presas y hacer más eficiente la reinserción, es el objetivo del censo penitenciario que realizan estos días las autoridades judiciales del país y que hoy empezó con las mujeres reclusas.
Funcionarios del Ministerio de Justicia y el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) se desplazaron este lunes a la prisión femenina el Buen Pastor de Asunción, para dar continuidad al censo que empezaron la pasada semana en un penal de varones asunceno, cuyo fin principal es acabar con el hacinamiento carcelario en Paraguay.
El censo se realizó por grupos de 30 presas cada vez, entrevistadas de forma individual en la capilla de la cárcel mientras la información era recogida en tiempo real por un ordenador y transmitida al Sistema de Información Penitenciaria del Paraguay (Sippy), aplicación creada por el TSJE para este censo.
El Sippy permitirá que la información penitenciaria se actualice automáticamente y de forma permanente para que el censo no sea solamente una “fotografía del momento”, explicó el director de planificación y desarrollo de la cartera de Justicia, Alejandro Buzo.
De esa manera, continuó, buscan hacer accesible esa información a los “tomadores de decisiones” y “visibilizar los problemas diarios que tiene el sistema” para que sea “más eficiente implementar políticas públicas”.
En las entrevistas, con una duración media de dos minutos y medio, los 30 funcionarios, tableta en mano realizan un cuestionario a las internas que abarca desde la situación procesal de las presas, hasta su estado de salud”, indicó Buzo.
Además, la información recopilada también trata cuestiones educativas, tanto del nivel con el que entraron, como de los programas educativos de la cárcel, que pretenden “analizar que tan eficientes han sido los programas de reinserción”.
En ese sentido, señaló que hasta ahora esos programas “han tenido un enfoque laboral”, pero “no sólo con el trabajo se puede empezar a reinsertar, sino también reintegrar a la persona en base a su autoestima”, para solucionar problemas como el alto nivel de personas con adicciones que hay entre la población reclusa.
Buzo añadió que “la idea (del censo) es empezar a mejorar las condiciones de vida, empezar a darle fuerza a la mejora en temas de salud”, de la calidad de los alimentos y que las reas tengan acceso a saber “cómo están sus procesos judiciales”, por lo que su realización ha tenido una acogida “bastante buena” entre las reas.
El objetivo del día, según dijo, es “censar a 185 presas” para terminar el registro de la penitenciaría del Buen Pastor “esta semana”, en la que viven 473 mujeres, aunque su capacidad es de sólo 300, según indicó la directora del centro Ana Dina.
De ellas, 26 viven con sus hijos en el módulo materno, en el que permanecerán hasta que los menores cumplan 4 años de edad.
Buzo detalló que pretenden censar a 4.000 personas en lo que queda de 2018, y completar el censo hacia finales de 2019 tras haber cubierto las 18 prisiones y los 8 centros de menores que existen en Paraguay.
El sistema penitenciario paraguayo, que tiene capacidad para 9.000 reos, acoge actualmente a cerca de 15.000 personas privadas de libertad, de los cuales, cerca del “80 % están en proceso judicial” a la espera de su condena, indicó Buzo.
El estancamiento de los procesos judiciales y la lentitud del sistema explican esa situación de superpoblación, que el Congreso Nacional investigará en la comisión de Derechos Humanos, según anunció recientemente.
El estatal Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP) estima que la tasa de ocupación del sistema penitenciario es del 337,7 %, un hecho que ha obligado al Gobierno a plantear la construcción de cuatro nuevas cárceles.