Sídney (Australia), 4 oct.- Australia respaldó hoy las acusaciones de Reino Unido respecto a lo que denominó un “patrón de ciberactividad maliciosa” por parte de Rusia contra instituciones políticas, comerciales, mediáticas y deportivas en todo el mundo.

“Esto es inaceptable y el gobierno australiano pide a todos los países, incluyendo Rusia, detener este tipo de actividades maliciosas”, dijo el primer ministro australiano, Scott Morrison, en un comunicado.

La condena australiana tuvo lugar después de que el Reino Unido acusara a la agencia de espionaje militar rusa, el GRU, de estar detrás de diversos ciberataques contra organismos, medios de comunicación, bancos y otros objetivos en diversos países entre 2015 y 2017.

“Si bien Australia no fue significativamente impactada, esta actividad afectó la capacidad del público en otras partes del mundo de desempeñarse en su vida diaria. Causó un daño significativo indiscriminado en infraestructuras civiles y causó millones de dólares en daños económicos, incluyendo Rusia”, agregó el texto.

El gobierno australiano instó a sancionar a los responsables de las violaciones a las normas y leyes internacionales tras la denuncia del Reino Unido, a la que también mostró su apoyo el gobierno de Nueva Zelanda.

El gobierno británico, apoyado en datos del Centro de Ciberseguridad Nacional (NCSC, por sus siglas en inglés), acusa a Moscú de ser responsable de ataques a redes de transporte, medios y bancos en Ucrania, una base de datos internacional de atletas y el Comité Nacional Demócrata estadounidense, entre otros.

Las autoridades británicas creen que la inteligencia rusa es responsable de BadRabbit, un programa malicioso que bloquea ordenadores y pide un rescate por revertir el daño, que afectó en 2017 a la red de metro de Kiev, el aeropuerto de Odesa (Ucrania) y el Banco Central de Rusia.

Londres también cree que Rusia está detrás del ataque del año pasado a la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) que llevó a la divulgación de historiales médicos de atletas, y de otro contra un canal de televisión británico, entre julio y agosto de 2015, mediante el cual los autores obtuvieron acceso a cuentas de correo y material de la compañía.

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